La convivencia con una persona con dificultades de lenguaje y/o comprensión puede ser estresante y dura para la familia.
Es una situación nueva y desconocida, para la cual uno no está entrenado de forma natural.
No se desanime, hay una serie de pautas que puede seguir para favorecer la interacción entre la persona con daño cerebral y su familia.
Además, recuerde que no está solo y que cuenta con el apoyo de la asociación.
A continuación, proporcionamos una serie de pautas y estrategias para facilitar la comunicación:
-Hable a su familiar con un lenguaje normal, claro, y directo, sin alzar la voz ni usar frases infantiles.
-Comuníquese de manera tranquila y pausada. Su estado de calma y paciencia ayudará a que su familiar también esté tranquilo.
-Mire de frente a su familiar, no le hable desde el otro lado de la habitación. Evite ruidos de fondo, como la radio o la televisión.
-De tiempo a su familiar para hablar. La persona con afasia no tiene un problema de memoria, sino de comunicación. Tarda un tiempo en encontrar la palabra adecuada y en organizar sus ideas.
-Ayúdele a expresarse por sí mismo, pero sin contestar por él o sobreprotegerle. La idea es que sea una persona autónoma y comunique sus necesidades.
-Para facilitar la comunicación, además de lo que usted dice, apóyese en el uso de:
· imágenes, como fotografías o dibujos
· gestos, que indiquen o señalen lo que usted quiere decir
· mensajes escritos, con letra clara, en mayúsculas y con frases cortas
-Realice preguntas cerradas, cuya respuesta sea específica. Es mejor preguntar ¿Quieres un café? o ¿Qué te gustaría tomar? , que ofrecer muchas alternativas o dejar la respuesta abierta.
-De instrucciones de una en una, con oraciones cortas. Si es necesario y su familiar puede leer, puede indicárselas por escrito. Si quiere que haga alguna tarea, puede hacerla usted mismo como modelo antes y explicar en voz alta los pasos.
-Tenga presentes dispositivos de ayuda como calendarios grandes o agendas, donde su familiar pueda ver qué sesiones o citas tiene cada día de forma accesible. Hágale saber cuáles van a ser sus rutinas con antelación. Evite los cambios de forma precipitada, proporcione estabilidad y seguridad dentro de lo posible.
-Anime a su familiar a participar en actividades sociales y culturales, a hablar en reuniones con familiares y amigos, a participar en las conversaciones y decisiones. En definitiva, evite que se aísle. Un buen estado de ánimo es esencial para una rehabilitación adecuada.
-Busque alternativas de ocio que una persona afectada de afasia sí pueda hacer, por ejemplo: cantar en un coro, visitar exposiciones, pintura, deportes como caminar o tai chi, juegos de mesa no verbales como parchís, cartas o dominó…
-Fomente el descanso, el ejercicio físico diario y una buena alimentación. Son hábitos básicos, pero no siempre se tienen en cuenta.
-Si se siente abrumado, no dude en contar con ayuda externa. Es muy importante que usted también se cuide para poder atender a otra persona en buenas condiciones. Su salud física y mental también cuenta.
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