La heminegligencia, o síndrome de negligencia unilateral, se trata de una incapacidad para prestar atención o para provocar una acción en un lado del espacio o del cuerpo. Este se origina por un daño cerebral en el área parietal del cerebro, más comúnmente en el parietal derecho, que es el encargado de atender lo que ocurre en el lado izquierdo de la persona o del campo visual.
Hay varios tipos de heminegligencia, estos son:
Heminegligencia sensorial, que puede ser de tipo:
Espacial (omito la parte izquierda del campo visual. Por ejemplo, omito el texto que está al lado izquierdo de una hoja).
Personal (omito la parte izquierda de mi propio cuerpo. Por ejemplo, no se peina o se maquilla en ese lado).
Objetos (omito la parte izquierda del objeto que veo).
Heminegligencia motora: el movimiento hacia la parte izquierda se va a realizar con mucha dificultad, y en otros casos directamente será imposible de realizar, porque no lo atiende.
Heminegligencia representacional: es aquella que afecta el lado izquierdo de la imagen mental que tienes hecha de cierto lugar.
Estos casos suelen cursar además con anosognosia, es decir, la falta de conciencia de este déficit atencional, creen que atienden a todo perfectamente.
¿Cómo afecta en nuestro día a día?
Al tratarse de un síndrome que afecta a la conciencia, incluso las labores más sencillas se vuelven complejas. Durante cualquier actividad el paciente únicamente empleará el lado que está afectado por ejemplo, a la hora de comer solo comerá parte del plato, no le será fácil encontrar los alimentos o el menaje situado en el lado afectado y únicamente se limpiará la cara en un lado. Este ejemplo es solo una muestra de cómo se pueden ver afectadas el resto de tareas diarias.
¿Qué podemos hacer para sobrellevar mejor nuestros días?
Es muy complicado recuperarse de una afección como esta, sin embargo, hay muchas actividades que se pueden incorporar en nuestro día a día para ir mejorando poco a poco.
Alimentación: colocar los objetos que emplearemos en la línea media del cuerpo, e ir moviéndolos día a día hacia la parte afectada, para así ir mejorándola. Cuando haya que limpiarse, cerciorarse de que se realiza por ambos lados de la boca.
Higiene: empezar a limpiarse siempre por el lado afecto y revisar haberse enjabonado ambos lados. Colocar los utensilios a emplear siempre en el lado más sano y, poco a poco, ir cambiándolos al lado afectado hasta que no se vean, entonces se volverán a poner en un punto visible.
Movilidad: siempre que se pueda caminar con otra persona, situarla en el lado afectado, así se obliga a que esa parte esté más atenta.
Vestimenta: empezar siempre por el lado afecto y, si es posible, hacerlo delante de un espejo para ser conscientes de los movimientos y así asegurarse de estar completamente vestidos por ambos lados.
Además de estas recomendaciones más específicas, también sugerimos las siguientes:
A la hora de hablar con alguien, colocarse siempre en el lado afecto.
Señalar con color rojo o pegatinas rojas el lado izquierdo de los objetos que está mirando.
Siempre que se emplee algún elemento o instrumento; ya sea para cocinar, para usar el móvil o cualquier otra tarea que requiera de objetos, realizar el mismo ejercicio que con la higiene, es decir, colocarlos primero en el centro del cuerpo delante de nuestro tronco, e ir moviéndolos poco a poco al lado afectado.
Colocar algún elemento en el brazo afecto, como un reloj o una pulsera.
Visualizar vídeos con objetos que recorran la pantalla completa, de un lado al otro. De esta manera promovemos el movimiento de los ojos hacia ambos lados.
Como recomendaciones finales, aconsejamos siempre visitar a un profesional para asistir a clases de rehabilitación para poder realizar ejercicios multidisciplinares y que nos puedan aplicar técnicas concretas para esta afección, y así conseguir una recuperación más rápida.
Comments